jueves, 6 de octubre de 2011

Funciones del lenguaje, modalidades oracionales: lo importante es conversar


A veces las actividades más sencillas son las más productivas.

Esta mañana, en los cursos de 2º de ESO, hemos llevado a cabo la siguiente actividad. Se trataba de conversar sobre cualquier tema con el "pie forzado" de hacerlo con oraciones y frases en alguna de las funciones del lenguaje más frecuentes: representativa, expresiva y apelativa. Un alumno comenzaba a hablar de un tema utilizando la función expresiva, por ejemplo, y los demás, por orden, seguían hablando del mismo tema alternando las tres funciones. Cuando ya habían participado todos los alumnos, alguien comenzaba un nuevo tema, y así hasta que todos eran capaces de emitir mensajes apropiados en cada una de las funciones.

Después hicimos lo mismo con las modalidades oracionales: enunciativa, interrogativa, exclamativa, dubitativa, optativa, exhortativa y de posibilidad. Como eran más las modalidades que las funciones, la conversación se hizo algo menos fluida, aunque admitía una mayor cantidad de matices.

Creo que, en líneas generales, los alumnos aprendieron a distinguir las distintas funciones y modalidades y a emitir mensajes en cada una de ellas. Lo cierto es que, de camino, pasamos un buen rato y comprobamos cómo las funciones del lenguaje y las modalidades oracionales nos sirven para explicarnos para qué hablamos y con qué intención lo hacemos, y pudimos comprobarlo sobre la lengua que realmente utilizamos. Utilizar la lengua oral ayudó a que la actividad fuera más fluida.

Os dejo una muestra de conversación, de entre las muchas que hemos mantenido esta mañana:

  • ¡Estoy embarazada! (exclamativa)
  • Quizás estás equivocada (dubitativa).
  • ¡Ojalá sea un niño! (optativa)
  • ¡Disfruta del momento! (exhortativa)
  • Es probable que tus padres no estén muy contentos (de posibilidad).
  • Criar a un niño es una responsabilidad muy grande (enunciativa).
  • ¿Quién es el padre? (interrogativa)
Y así hasta que participaban todos...

Algunas consideraciones sobre la ortografía de "nazismo"

La anécdota, contada así, tiene su gracia. Esta mañana, la profesora de PT de mi centro me contó lo que le ocurrió con un alumno. "Escribe una oración con la palabra 'nazismo'". Y el alumno escribió: "Nosostros 'nazismo' en 1997".

Después he seguido dándole vueltas al asunto y me han ido surgiendo una serie de dudas y de cuestiones relacionadas que intento aclarar aquí.

Una actividad lingüística que verse sobre la ortografía de una palabra desconocida para los alumnos posiblemente no consiga los objetivos deseados: el alumno no volverá a utilizar esa palabra que desconocía y que volverá a olvidar. En algunos casos se crea, incluso, confusión con otras palabras que sí son utilizadas, cuya ortografía, al parecer, no estaba suficientemente fijada.

Pero no es sólo la forma en que se enseña la ortografía. De hecho, una actividad lingüística que no tenga en cuenta el uso real de la lengua está abocada a ser un esfuerzo artificial e inútil. Los libros de texto están llenos de ejercicios de lengua ficticia, de textos creados para la enseñanza, carentes del espíritu vivificador de la lengua. También los profesores y profesoras de lengua somos especialistas en crear oraciones donde todo es analizado adecuadamente, oraciones que nadie dice ni escribe, que sirven para explicar el funcionamiento ¿de qué lengua?

Nos proponen que recomendemos libros de lectura que son, en verdad, ejercicios de construcción editorial más que resultado de un proceso creativo y en los que priman más los componentes de márketing que las exigencias literarias.

Atrapados entre los contenidos del currículo oficial, las propuestas predominantes en los libros de texto, el parecer de los compañeros de Departamento, la prueba de Selectividad, la gramática que los profesores de lenguas extranjeras necesitan que sus alumnos (también los nuestros) lleven preaprendida, enseñar Lengua Castellana y Literatura en España no es morir (no llega a tanto); pero muchas veces se convierte en una actividad muy difícil.